El tipo de relatos coleccionados aquí también se nombra como minificción, microcuento, cuento brevísimo, cuento instantáneo, síntesis imaginativa, etc. Pero ¿focalizar la extensión conduce a algo en literatura? En pocas líneas, es verdad, se han hecho hallazgos inolvidables, pero también escombros. Claro que el provecho de acabar de forma rápida con algo de poca calidad es innegable, pero ya no es literario. Lo bueno, si breve, allá él. La economía de lenguaje, una de las características endilgadas al minicuento, es propia desde el haikú hasta una novela en siete tomos que, si busca el tiempo perdido, con seguridad no incluirá cosas que sobren. En la literatura, aunque luce vanidoso, el tímido significante termina rebasado por el significado.
Manuel Mejia Vallejo: (Jericó, Antioquia, 1923) Escritor colombiano. Su obra narrativa describe la violencia civil (La tierra éramos nosotros, 1945; El día señalado, 1964, premio Nadal) o los ambientes populares urbanos (Al pie de la ciudad, 1958; Aire de tango, 1973). En 1989 obtuvo el premio Rómulo Gallegos por su novela Años de indulgencia.
Luis Andrés Caicedo Estela (Santiago de Cali, Colombia; 29 de septiembre de 1951 – ibídem, 4 de marzo de 1977) fue un escritor colombiano nacido en Cali, ciudad en la que pasó la mayor parte de su vida. A pesar de su prematura muerte, su obra es considerada como una de las más originales de la literatura colombiana. Caicedo lideró diferentes movimientos culturales en la ciudad vallecaucana como el grupo literario los Dialogantes, el Cineclub de Cali y la revista Ojo al Cine. En 1970 ganó el I Concurso Literario de Cuento de Caracas con su obra "Los dientes de caperucita", lo que le abriría las puertas a un reconocimiento intelectual. En su obra ¡Que viva la música! es en donde asegura que vivir más de 25 años era una vergüenza, lo que es visto por muchos como la razón principal de su suicidio el 4 de marzo de 1977 cuando tenía tan sólo 25 años de edad y había recibido una copia del libro editado por una editorial argentina.
Adalberto Agudelo Duque (1943). Docente y escritor, uno de los más premiados del país. Ha publicado libros de poesía (Poemas para la amada que no tiene nombre, 1978, Los paso de la esfinge, 1985, y Los espejos negros, 1991), una novela (Suicidio por reflexión, 1967) y dos libros de cuentos: Primer cuentario (1981) y Variaciones, Premio Nacional de Cultura, 1994. Recientemente ganó la VI Bienal “José Eustaquio Rivera” de novela con De rumba corrida (1998)
Gustavo Arango nació en Medellín (Colombia) en 1964. Estudió la carrera de Periodismo, obtuvo el título de Comunicador Social-Periodista y ha trabajado en el periódico El Universal de Cartagena de Indias en la década de los noventa, como editor del Suplemento Cultural. En ese tiempo también fue profesor en la Universidad de Cartagena y en la Universidad Jorge Tadeo Lozano del Caribe, también en Cartagena. Desde 1999 reside en U.S.A. y trabaja como profesor de español, tras culminar un Master of Arts, en la Rutgers University de New Jersey, donde está terminando su tesis doctoral. Su carrera literaria sigue un paso firme y seguro. Sus libros publicados son: Un tal Cortázar (1987), que es un reportaje sobre el autor argentino; los libros de relatos Bajas pasiones (1991) y Su última palabra fue silencio (1993); Un ramo de nomeolvides: García Márquez en El Universal (1995), que es una investigación sobre la estancia del insigne autor en ese periódico; la novela Criatura perdida (2000); La voz de las manos (2001), que recoge un grupo de ensayos sobre escritores latinoamericanos; y la novela La risa del muerto (2003). Su poesía sigue aún inédita. No olvidemos sus conferencias y colaboraciones en revistas universitarias de USA sobre lengua española y literatura latinoamericana en español y portugués.
Estos trabajos se han visto recompensados por bastantes galardones, como: el Premio Internacional de Novela Marcio Veloz, de New York; el Premio Clarín de Relatos Cortos, de Asturias; el Premio Nacional de Poesía Jorge Artel, y el Premio de Poesía Universidad de Cartagena de Indias; el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, y finalista en el Premio Postobón de Periodismo Deportivo, estos dos últimos de Bogotá.
Octavio Escobar Giraldo nació en Manizales, Colombia, en 1962.
Es profesor de Literatura en la Universidad de Caldas. En 1995 publicó las novelas Saide (Premio Crónica Negra Colombiana) y El último diario de Tony Flowers; en 2003 El álbum de Mónica Pont (ganadora de la VIII Bienal Nacional de Novela José Eustasio Rivera); y este mismo año, hace tan sólo unos meses, 1851. Folletín de Cabo Roto, que le ha convertido en uno de los autores más populares del momento en su país.
Escobar Giraldo ya era un autor de culto gracias a sus libros de cuentos De música ligera (1998; Premio Nacional del Ministerio de Cultura) y Hotel en Shangri-Lá (2002), cuyos personajes forman parte de un proyecto narrativo del que también participan los de Saide, y que constituye uno de los más feroces, líricos y acertados retratos de la sociedad colombiana del cambio de siglo: crónica negra de, como ha señalado Philip Potdevin, «la problemática del multiculturalismo, la violencia política, el narcotráfico y la lucha por un espacio dentro de la estratificación social», lo que también ha hecho escribir a Juan Carlos Garay en El malpensante: «La fórmula es original y los resultados son brillantes».
| CEPEDA SAMUDIO, ALVARO | ||||
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Escritor y periodista costeño (Ciénaga, Magdalena, marzo 30 de 1926 - Nueva York, octubre 12 de 1972). Cuentista y novelista, Alvaro Cepeda Samudio hizo los estudios secundarios en el Colegio Americano de Barranquilla, y en 1949 viajó a Estados Unidos a estudiar periodismo en la Universidad de Columbia, en Nueva York. En 1951 regresó a Barranquilla, y trabajó como corresponsal de The Sporting News. En 1955 se casó con Teresita Manotas. Como periodista y gran apasionado de los deportes, cubrió eventos deportivos para el periódico El Nacional; en 1951 tuvo una columna en la página editorial de El Heraldo, titulada "La brújula de la cultura"; y fue director del Diario del Caribe. Participó, como guionista y actor, en el cortometraje La langosta azul, al igual que en otras películas cortas y en un noticiero de cine, y organizó el Cine Club de Barranquilla. Hablar de Cepeda periodista equivale a hablar de él como intelectual y artista. Quería estar al tanto de todo y lo quería dar a conocer todo. Precozmente había visto la necesidad de buscar, acoger y aclimatar valores nuevos y universales, tanto en las formas como en los temas, y de ello da fe su narrativa de ficción de esa primera época. Para Cepeda, en materia de arte y cultura, lo primordial era que circulara la información libremente. En la producción de la primera etapa periodística de Cepeda, se advierte cómo va definiendo los rasgos de lo que sería su periodismo. Sus dos primeros textos conocidos son: "Una calle", descripción-relato y "El periodismo como función educacional", ensayo-polémica-manifiesto, aparecidos en El Nacional de Barranquilla. |
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